Desde los inicios de este, mi proyecto, me he basado en el retrato, el retrato de la gente que mentalmente siempre ha vuelto a mí. De cómo estos rostros se han ligado sinestésicamente a colores, formas, lugares... por lo tanto, en mis cuadros uno el retrato con distintos elementos para así crear un retrato mental propio de dicha persona. 

Como constantemente me han seguido y se me han representado en instantes, como colores que se personifican y me transportan sin tan solo moverme de una triste silla. Sus rostros como una extensión de mi memoria.

En este mi proceso artístico he creado recuerdos personificados que tienen identidad propia. Haciendo que la obra de arte sea algo más, sirva para algo más que el simple hecho de ser exhibida, para cuestionarme como se deforman los recuerdos del pasado en el tiempo. Y como yo misma los transformo.

 

Mentalmente realizo composiciones, que mediante el óleo y el pan de oro se materializan gracias a estos canales para crear recuerdos físicos y táctiles, en cierto modo es mi manera de tener una certeza de que estas personas han existido y que ha formado parte de mi vida, que no han sido meras invenciones de mi imaginación. Ya que todos alguna vez hemos tenido un sueño tan real que parece que realmente lo hemos vivido, cuestionando así nuestro concepto de REALIDAD.

El modo de síntesis de trabajo, ha sido pensar en las personas que estos últimos años han estado presentes de manera recurrente y con una influencia siempre positiva.

 

Aunque simplemente este proyecto nace de la necesidad de toda persona de dejar huella en su paso por este mundo, con su vida efímera, intentando hacer algo extraordinario por lo que se le recuerde durante las décadas o milenios posteriores, ya que todo hombre tiene miedo al olvido. Y en definitiva como tengo miedo a ese olvido no contemplo una eternidad sin las personas retratadas ya que estas formaron, forman y formarán parte puede de este paso mundano por la tierra.